La función principal de los soportes del monitor es ajustar la pantalla al nivel de los ojos. A veces, las pantallas se colocan a alturas inadecuadas y conducen a la adopción de posturas no óptimas, con el cuello y los hombros desalineados con la columna, desarrollando patologías como la del "síndrome del cuello roto". Tener la capacidad de ajustar la posición de la pantalla es más que necesario para ajustarla lo más cerca posible del usuario y así satisfacer sus necesidades. Utilizar un soporte de monitor también puede tener otros puntos positivos, como liberar más espacio en la encimera y dedicarlo a otras necesidades o incluso mejorar la postura con una mayor superficie dedicada a la comodidad del antebrazo y la instalación de herramientas informáticas.